El ibuprofeno es un clásico de nuestros botiquines caseros. Es un antiinflamatorio utilizado habitualmente para el alivio del dolor de cabeza, dental, muscular, postquirúrgico o los dolores neurológico leves.
Es en suma un buen antiinflamatorio del que sin embargo estamos abusando. Habitualmente, los españoles solemos tomar dosis de 600 miligramos cuando lo más correcto sería de 400 miligramos.
Más de 8,5 millones de españoles toman dosis de ibuprofeno superiores a las recomendadas.
Los efectos secundarios de este fármaco se incrementa a medida que aumenta la dosis. No se puede afirmar que con 800 miligramos no aumente el riesgo de evento cardiovascular.
Mercedes Redondo y Rocío Giles
También muchas veces la gente que se automedica toma ibuprofeno en vez de paracetamol, el primero además de reducir el dolor es antiinflamatorio pero el paracetamol a veces es suficiente para un dolor de cabeza.
ResponderEliminarA pesar de las muchas exageraciones que se hacen con el paracetamol es menos "lesivo" que el ibuprofeno; eso sí, tomándolos por cuenta propia, lo suyo es lo que diga el médico pero si es cierto que hay afición a tomar megadosis para estar "colocao" y olvidarse del dolor, bien por motivos laborales, psíquicos....pero sí, se toman dosis demasiado grandes. Menos mal que con lo de los antibióticos se han puesto serios con el tema de la receta.
Creo que la noticia acierta al considerar que muchos españoles abusamos ,considerablemente, de los ibuprofenos, rechazando medicamentos que , como dice Pablo, son menos "lesivos". Abusar de los miligramos que contiene este inflamatorio resulta perjudicial para nuestro organismo, pues uno de sus efectos más dañinos es que puede provocar una úlcera. Por eso, las personas que, en ocasiones extremas, hacemos uso de un ibuprofeno, debemos tomar un protector antes para proteger a nuestro estómago.
ResponderEliminarEn definitiva, a las personas que toman ibuprofenos para que se les alivie un simple dolor de cabeza o barriga, les aconsejo que hagan caso a las recetas y ¡no abusen!
María Giles.