domingo, 14 de abril de 2013

“Dijeron: ‘¡Mira, dos homosexuales!’, y empezaron a pegarnos”


Sucedió el domingo pasado. Olivier, un joven francés de 23 años, y su pareja, Wilfred de Bruijn, un holandés de 38, paseaban por la Rue de las Ardennes (París) “Volvíamos a mi casa después de haber estado en una fiesta con amigos”, recuerda De Bruijn. “Íbamos agarrados del brazo, tranquilos y contentos, y de repente vimos a un grupo de cuatro o cinco jóvenes acercarse. Dijeron: ‘¡Mira, dos homosexuales!’, y empezaron a pegarnos. Lo siguiente que recuerdo es la ambulancia. A Olivier le pegaron un golpe en los ojos y cuando se recuperó vio a cuatro de ellos pateando mi cabeza como si fuera un balón de fútbol”.
El racismo y la xenofobia, y de forma especial la fobia a los gitanos, forman parte del lenguaje habitual en Francia. Y la homofobia ha empezado a manifestar su cara más violenta.
Pese al intento de presentar la ley como un simple avance en la equiparación de derechos de la República, los obispos, los grupos integristas católicos, la derecha parlamentaria y la extrema derecha han hecho piña contra el proyecto, que el viernes fue aprobado en el Senado.
El lunes, la agresión de Olivier y Wilfred conmocionó las redes sociales. La pareja colgó en Facebook y Twitter una fotografía de De Bruijn tomada al salir del hospital, donde le diagnosticaron siete fracturas de huesos en la cara y un diente menos. Pronóstico: 10 días de baja. Un historiador del arte que vive en París desde 2003, explica: “Dudamos mucho si publicar la foto o no porque nos parecía un exhibicionismo malsano, pero al final decidimos hacerlo para que la gente vea la verdadera cara de la homofobia”.
                                          
Hay millones de personas que luchan por los derechos humanos en este país.

También es cierto que la intolerancia de la derecha, y en particular de los católicos, es extrema, un caso patético en un país que se cree de los más cultos del mundo y que, a fin de cuentas, reacciona al rema del matrimonio gay peor que Argentina o Uruguay.

La imagen que al derecha y extrema derecha fascista y todas sus sectas religiosas valen más que mil palabras.

El fuerte viento de intolerancia ha convertido el odio a los gais en un sentimiento rutinario y omnipresente.
¿No se dan cuenta de cuánto daño están haciendo?

Francia está enseñando a su población a percibir al matrimonio homosexual como al demonio.Es un país que tiene mucho que aprender. Mucho.





María Giles.








2 comentarios:

  1. ¿Qué culpa tienen ellos de ser homosexuales? ¿Hay que castigarles por el simple hecho de que le gusten las personas de su mismo sexo? Es una vergüenza que en pleno siglo XXI todavía se den episodios de este tipo, es realmente vergonzoso.
    En mi opinión, pienso que los cuatro o cinco chavales que han agredido a esta pareja de homosexuales deben pagar caro lo que han hecho, que desde mi punto de vista ha sido una barbaridad.
    En los últimos años, se han llevado a cabo numerosas manifestaciones a favor de la homosexualidad, ya que todas las personas son libres y tienen derecho de que les guste personas de su mismo género. Estoy completamente a favor de estas huelgas y espero que algún día, no muy lejano, puedan conseguir que nadie les juzgue simplemente por el hecho de ser homosexuales.

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  2. En primer lugar,me parece frustrante que por el hecho de que sean homosexuales tenga que ser tratados así. Son personas normales y no dejan de serlo porque le gusten personas del mismo sexo. Tienen los mismos derechos y libertades que personas que le gusten sus diferentes sexos. Respecto a los cuatros jóvenes que los agredieron deben ser castigados duramente, ellos no son nadie para hacer lo que hicieron. En mi opinión respecto a las manifestaciones que se han llevado a cabo a favor de la homosexualidad, como cita mi compañera arriba, espero que se sigan llevando a cabo y se tengan en cuenta.

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