martes, 19 de febrero de 2013

Los Goya 2013

    Los premios al cine español fueron repartidos el pasado Domingo. Una gala animada que para la gran mayoría fue la más entretenida de las 27 ediciones. Blancanieves la gran victoriosa se llevó 10 Goyas, entre ellos a mejor película, mejor actriz y mejor actriz de reparto, no debemos olvidar la película de Bayona que siendo premiado al mejor director Lo Imposible se llevó 5, y la película sevillana Grupo 7 consiguió otros dos. Pero este año, ni los premiados, ni los vestidos ni incluso el garrafal error que se cometió al entregar uno de los premios llamaron tanto la atención, como las reivindicaciones que se dieron durante la gala.


   En España la cultura está herida de muerte. Parecía que estos últimos años, el cine español producía cada vez mejores películas, Lo Imposible es candidata a los Óscar y el premiado diseñador por Blancanieves, también está nominado por vestir a los Miserables, así como actores que han conseguido hacerse un huequito en Hollywood. Pero parece que damos marcha atrás. No hemos dejado de ver cómo sube el cine.Cómo acudir al teatro es cada vez más complicado. El cine, no deja de ser una industria, una industria que puede ser más que rentable y no sólo eso, sino que además es el reflejo en ciertos aspectos de la cultura española.

    Cultura española que comienza a desangrarse y que ha visto cómo el cine ha adquirido la mayor tasa de IVA de toda Europa, nada más y nada menos que un 21%. ¿Debemos permitirlo? Puede que ya no sea por intentar conseguir ciertos derechos quitados, sino simplemente por el gustazo de sentarte en una butaca y ver una buena película en una pantalla enorme, por el gustazo de ir al cine a un precio asequible, creo que no debería permitirse.

   La gala fue tanto aplaudida como criticada. Tal como antes ya he indicado estuvo marcada por las reivindicaciones. Comenzando con las bromas de la presentadora Eva Hache hacia el Ministro de Cultura, Wert ( o si se me permite el Ministro anti-cultura), los saludos de Corbachó al 21% y el discurso del Director de la Academia, más que crítico con la sociedad. Se continuó con recortes de sobres, pegatinas contra los recortes y discursos memorables. Candela Peña denunció no sólo la situación de la cultura, sino de la educación y de la sanidad pública, Maribel Verdú se acordó de los desahuciados y Bardem con su galardón por el documental del Sáhara transmitió la situación de esa zona.

   Ha habido críticas por supuesto, no a todos les ha parecido bien que eligieran dicho momento para hacer tales reivindicaciones, pero son los premios del cine, cine que está siendo atacado, ¿esperan que actores, directores etc, se queden callados? Montoro enbravecido ha atacado a los actores alegando que algunos no pagan impuestos. ¿Le molesta a nuestro gobierno que se digan por la televisión lo que pasa en estos momentos en España?

    En mi opinión creo que no podía haber sido mejor oportunidad para reclamar lo que se reclamó. Para que también se escuche las voces de este gremio y que han ayudado a las que no se pueden oir día a día, que la gente que exige cultura no son sólo los "perroflautas" que dicen que van a las manifestaciones. Así que un aplauso a todos aquellos cineastas que decidieron exigir lo que es nuestro, la cultura.

   La estatuillas más revolucionarias de la historia.

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                                                                      Clara Beltrán Sanz



3 comentarios:

  1. En mi opinión, más de uno se debería haber llevado también una estatuilla por su hipocresía.

    Viendo la gala, me hizo bastante gracia ver a una tal Maribel Verdú protestar por los desahucios, habiendo siendo la protagonista hace pocos años de un anuncio de hipotecas y engalonada en un vestido de Dior y unas lujosas joyas que ha saber cuanto habrían costado.

    También me hizo gracia Javier Bardem, aquel que va a las manifestaciones en su jet privado habló sobre las condiciones del Sahara, y sobre la privatización de los hospitales, muy bonito todo, pero alquiló una planta de un hotel privado para el nacimiento de su hijo.

    No le quito la razón a ninguno de estos dos actores ni al resto que realizaron varias reivindicaciones, pienso que la subida del IVA fue un gran error, pero pienso que deberían ser más consecuente y recordar lo que han echo anteriormente antes de hablar.

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  2. Willy Toledo tiene tres casas y una finca; Pilar Bardem, una sociedad patrimonial; y los Verdú-Larrañaga, once empresas. Son actores con y contra el sistema.

    Las muchas empresas y propiedades inmobiliarias que acumulan nuestros actores más contestarios demuestran que el capitalismo que tanto denostan no les sienta nada mal. Del análisis de las cuentas de los interprétes que dieron la nota en la pasada gala de los Goya se extraen cuatro conclusiones: tienen una situación económica envidiable; acumulan empresas pero no trabajadores (la mayoría de ellas carece de empleados); tienen por costumbre no presentar las cuentas en el Registro Mercantil, pese a que es obligatorio; y gozan de una especial protección por parte de algunos registradores de la propiedad, que niegan información de famosos, prebenda de la que el ciudadano de a pie no disfruta.

    La mayor incongruencia de la noche la protagonizó la extraordinaria Maribel Verdú, mejor actriz por su papel en «Blancanieves»: «Me gustaría dedicar este Goya a toda esa gente que ha perdido sus casas por culpa de un sistema quebrado que permite robar a los pobres para dárselo a los ricos». En 2010, la misma Maribel Verdú prestó su imagen -cobrando, claro- para vender hipotecas.

    Su discurso era otro: «El mundo cambia, el mercado inmobiliario también cambia, se mueve, y es bueno contar con apoyos. En UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios) lo saben y por eso son líderes en financiación de viviendas». Ella ha invertido en ladrillo: un piso en Madrid de 144 metros cuya propiedad comparte con sus dos hermanas, otros dos inmuebles en la capital de los que el Registro de la Propiedad no ha tenido a bien informar y una mansión en Marbella. Esta última propiedad es una casa de 474 metros cuadrados cuya propiedad la actriz comparte con su marido, el productor Pedro Larrañaga, y la hermana de éste, la actriz Amparo Larrañaga.

    A Maribel Verdú sólo le faltó criticar a la sanidad pública, teniendo en cuenta que es accionista de las Clínicas Premium, con centros en Marbella y Estepona. Más allá de esta participación, la protagonista de «La buena estrella» no tienen cargos en empresas, «carencia» que suple con creces su marido, Pedro, hijo de los actores Carlos Larrañaga y María Luisa Merlo. Empresario de éxito, administra once productoras, la inmensa mayoría sin empleados, y tiene cargos en otras tres. De las sociedades que controla, cinco de ellas no presentan cuentas y en las seis restantes contabiliza activos por más de cuatro millones de euros. Su firma con mayor capital es Trasgo Producciones SL, que acumula 2,4 millones de euros en activos, entre ellos un piso y un local.

    Así somos y así seguiremos…

    Bibliografía: Periódico ABC, periódico ELMUNDO y EuropaPress

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  3. Gente que trabaja y consigue su dinero haciéndolo no puede criticar y decir públicamente que las acciones corruptas del gobierno, los recortes que se están llevando a cabo y la esquilmación que se está haciendo a la clase media, simplemente porque tienen dinero. Han dado voz a muchas personas que parece que no son escuchadas por los políticos sentados en el hemiciclo que parece que sólo con el escándolo formado han hecho alguna que otra declaración.

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