domingo, 21 de octubre de 2012

Los reyes del botellón


En los 'botellones' cada vez se bebe más y a edades más tempranas; y los adolescentes desconocen sus efectos, los cuales podrían originar problemas de retención de memoria y de concentración, así como dificultad en el aprendizaje. Estos resultados vienen dados por estudios realizados en las universidades de Valencia, Castellón y Elche.
El artículo concluye que los adolescentes entre 14 y 18 años beben tanto como los universitarios a pesar de que la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad está prohibida.
Tras realizar una encuesta, se ha obtenido que el 73% de los jóvenes practican el botellón, y de este tanto por ciento se afirma que el 40% busca emborracharse, es decir, perder el control.
En conclusión, ¿creéis que es necesario beber alcohol para poder divertirse? ¿deberían tomarse medidas más estrictas con respecto a la venta de alcohol a menores de edad? ¿creéis que en un futuro se empezará a consumir alcohol a edades más tempranas? 
Seguramente algunos de estos jóvenes cuando alcancen la paternidad serán incapaces de contarle a sus hijos cómo fue su juventud por los excesos del alcohol.

Aquí tenéis el enlace de la noticia


Rocío Giles y Mercedes Redondo.

1 comentario:

  1. Pues sí, esta es nuestra juventud española. La juventud que se mantiene al margen de muchos de los problemas que le afectan, pero que muestra preocupación por lo que realmente le interesa: El botellón.

    Ya no es sólo los efectos secundarios del alcohol, cada uno puede matarse de la manera que más le guste, es el entorno que este crea. Si tu quieres emborracharte y "perder el control" siendo el más cool del lugar, hazlo, pero déjame vivir y pasear a gusto por la calle. Si tu quieres ser el que pierda la vergüenza borracho ante las mujeres, hazlo, pero que menos que recoge la tu basura. Si quieres emborracharte para contarle a todos lo ebrio que estabas el fin de semana, hazlo, pero deja los contenedores de basura, los coches de los demás, las farolas, estatuas etc.

    A la vista está que nada de esto se respeta y que las zonas de botellón son un peligro constante para aquellos que somos capaces de divertirnos comprando sonrisas y no botella de Eristoff.

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