Este es el caso, por poner uno, de las celebraciones por la llegada de un Año Nuevo. Pero justamente por esta razón, es por que en todo el mundo se lanzan fuegos artificiales en esta fecha.
Con esta pretensión en mente, el cineasta Julian Tay acudió a Melbourne, y filmó los fuegos artificiales que se lanzaron durante esos minutos intermedios entre el viejo y el año nuevo, solo que antes de publicar su video, le dió a este un tratamiento especial, de modo tal que los cohetes parece que implotan, no explotan.
Según declaró, el resultado es de algún modo totalmente opuesto a lo que se espera de un espectáculo de pirotecnia: un efecto extrañamente relajante y tranquilo, luces que acuden a reunirse en vez de explotar y dispersarse.
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