domingo, 4 de noviembre de 2012

El 30% de los fármacos que se venden en algunos países son falsos.



Una mujer de 28 años, frecuente visitante de Guinea Ecuatorial, es el ejemplo del problema que suponen en algunos países pobres los medicamentos falsificados. La española presentó los síntomas de malaria y acudió a un centro de salud local.
Ella ya sabía lo que le esperaba, porque  era la cuarta vez que se infectaba.
La diferencia fue que, esta vez, no fue ella la que acudió a una farmacia local a comprar el medicamento con el que se trata esta infección. En su lugar envió a un lugareño. Y ahí creen que los médicos que estuvo la clave de su situación: el farmacéutico no dudó en venderle el fármaco falsificado, algo que no haría con un extranjero.
Los autores del artículo calculan que un 30% de los medicamentos que se venden en el mundo no son auténticos.
La Organización Mundial de la Salud indica que el porcentaje puede oscilar del 25% hasta llegar al 50% en los que se adquieren de farmacias ilegales por Internet. En los países con mayores controles la proporción es muy baja (alrededor del 1%), aunque no se libran.


Después de noticias como éstas, ¿Cómo podemos asegurarnos de que lo que tomamos para combatir alguna enfermedad no es un fármaco falsificado?

Rocío Giles Mancilla

2 comentarios:

  1. Tanto los médicos como los farmaceúticos de hoy en día no se preocupan verdaderamente por la salud de su paciente y pueden llegar a hacer barbaridades con los medicamentos, o no recetarnos el que de verdad necesitamos. En ocasiones cuando vas al médico, te miran durante cinco minutos y te dicen no es nada tómate tal pastilla, pero ese dolor no se te quita con esa pastilla y puede que tengas algo más grave y necesites otra medicación o muchas pruebas y análisis. Es aquí dónde vemos como están los servicios médicos, que ya son capaces de recetar medicamentos falsificados sin importarles los problemas que esto puede acarrear.

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  2. Estoy completamente de acuerdo con Celeste, ya que pienso que recetar un falso medicamento es una verdadera barbaridad porque esto afecta a nuestra salud de forma directa y puede llegar a provocar efectos secundarios y síntomas que antes no teníamos.
    En mi opinión, esto es algo bastante peligroso, por eso pienso que este hecho es digno de denuncia y para poder asegurar que un medicamento no está falsificado creo que se debe revisar mejor todos los productos que se ponen a la venta para ver si son realmente verdaderos y buenos para nuestra salud.

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